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| El primero es para un heraldo de Paz y siervo de Cristo cuya retirada nos llena de una pena insondable. |
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| El segundo es para un mandatario excepcional, para alguien con un gusto exquisito. |
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| Y para terminar, ¡firmes!, un semáforo para un Monarca que es ejemplo de urbanidad y saber estar. |
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