El 1º es para la cara visible de un Gobierno liberal, confiado en que la Mano Invisible mece nuestra cuna colectiva. |
El 2º es para un hombre de estado, curtido en mil aventuras políticas, dando una patada a la puerta del rupturismo. |
El 3º es para un diplomático: sus moderados tentáculos de estabilidad llegan a los rincones más recónditos de la UE |
El 4º es para el impulsor de una reforma que, buscando un efecto positivo, no ha sido entendida por sus destinatarios |
Ana Botella-Pastor, protagonista del primer semáforo. |
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